miércoles, 14 de marzo de 2007

Hwal



o El Arco
o The Bow
de Kim Ki-Duk.

Calificación Ridículamente Exacta en Escala Arbitrariamente Precisa
1 de 1


Hwal es una película cautivadora sobre el amor indefinible -o innombrable- entre un pescador sexagenario y la adolescente que ha criado desde una decada antes cuando la apareció inexplicablemente a sus seis años de edad.

Viven solos y verbalizan poco. Ella sonríe, sentada desnuda en una olla metálica, con sus brazos cercando sus rodillas al pecho, mientras el la baña cada tarde tiernamente, ansiando consumar la adolescencia de la niña -sacrificada para saciar la soledad del viejo- en su cumpleaños 17, cuando tiene planeado una boda entre ellos.

Aunque el viejo visita tierra firme en ocasión, aprovechando últimamente para completar los atuendos y preparativos que ha estado componiendo para el ritual, el resto del mundo solo se acerca a la niña a través de los señores que vienen regularmente a pescar a la cubierta del barco circundada por sofás. La niña madura y así la curiosidad de los clientes por su fantástica situación, pero tan pronto se atreven a hacer interrogaciones furtivas o lascivas caricias, el viejo les asusta de sus impúdicas intenciones con un amenazante y cercano flechazo de su arco -su única arma para defenderse.

El viejo suma un tambor al arco y rozándolo con un arco recto hace música mágica que reemplaza un diálogo casí ausente, y nos acompaña constantemente durante 90 extraordinarios minutos. Ella, callada y sonriente siempre, disfruta del diálogo constante y silencioso que así lleva con el viejo de silencios y gestos hasta que todo cambia cuando un joven de la ciudad, acompañando a su padre que es cliente frecuente, conoce a la niña. Inevitablemente la niña decide escapar con el joven del único mundo que conoce o recuerda. Lleno de celos, el viejo intenta suicidarse espectacularmente para que lo lleve la niña en su consciencia pero se arrepiente antes de fracasar en su intento. La niña regresa preocupada por la salud del viejo y la película cierra con su boda tradicional en un ritual que se extiende de forma mágica e hiperbólica, concentrando sus principales temas de forma simbólica y talvez surreal pero intrigante sin duda. Un movimiento necesario para esta obra de momentos y atmosferas, y llegando a tiempo antes de que esta poética pelicula nos empuje al tedio.

Ligas:
Derek Elley de Variety +++

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